En el ámbito mental, el tapas cultiva el autocontrol y esa actitud de ecuanimidad frente a cualquier acontecimiento de la vida. Por otro lado, te permite “quemar” todas las impurezas y deseos egóicos de la mente.

Una forma más avanzada de tapas en los ámbitos del habla y mental sería mauna, la práctica del silencio. Como decía Swami Nityananda, perdemos la mayor cantidad de energía hablando (y de manera implícita pensando), muchas veces sin que sea necesario o simplemente para cotillear.

En este sentido, mauna amplifica la capacidad de autocontrol y de hacerte consciente de tu diálogo interno. Se puede practicar unas horas al día o un día a la semana.

Esto significa comprometer la mente con el supremo sentimiento de que todos son nuestros amigos.